20 octubre 2008

MARTIN HEIDEGGER Y SU ANALÍTICA EXISTENCIAL.

MARTIN HEIDEGGER Y SU ANALÍTICA EXISTENCIAL.

“El desarrollo concreto de la pregunta que interroga por el sentido del termino “ser”,
es la mira del siguiente tratado. La exegesis del tiempo,
como el horizonte posible de toda comprensión del ser, es su meta provisional.” “La esencia del “ser ahí” está en su existencia”
Martin Heidegger.

Martin Heidegger, filosofo alemán, nació en 1889 y murió en 1976, discípulo de Husserl, fue profesor en Friburgo. Quiso retomar la cuestión del Ser, que según él había sido abordada por los presocráticos y abandonada por la metafísica occidental, en relación con un enfoque fenomenológico de la condición humana (ser-en-el-mundo o Dasein) en su finitud esencial. Escribió El Ser y el Tiempo en 1927, Sendas Perdidas, 1950, Inducción a la Metafísica, 1953, Ensayos y Conferencias, 1954, De Camino al Habla 1957, El Principio de la Razón, 1957 Nietzche I y II, 1961, ¿A qué se llama pensar? 1971, Schelling, 1971. Su actitud ante el poder nazi fue muy polémica. En su formulación más simple, la duda que no deja de obsesionar a Heidegger es la siguiente: ¿Cuál es el sentido del ser?, o mejor, ¿Qué quiere decir ser? Pregunta en apariencia sencilla y hasta trivial, pero de la cual nadie antes de Heidegger había sospechado su complejidad y riqueza. Para medir la originalidad y audacia del pensamiento heideggeriano y para comprender la acogida tan excepcional que le fue reservada, es necesario colocarse en el marco intelectual de la época. El neokantismo dominaba la filosofía europea, una filosofía debía, si quería tener seguidores, pensar de una manera kantiana, es decir de una manera crítica trascendental, en aquel entonces la ontología era un titulo prohibido. El neokantismo hace su aparición histórica hacia mediados del siglo XIX, como un intento de sacar a la filosofía de la situación embarazosa donde se encontraba por el hecho del desarrollo sin precedentes, de las ciencias positivas. En esa época las ciencias naturales y del espíritu ocupaban la totalidad del dominio de lo conocible, de tal manera que la filosofía se quedaba prácticamente sin objeto, ¿Qué tarea le quedaba si todo estaba circunscrito dentro de las diversas disciplinas científicas? La salvación fue volver a Kant, considerado como un teórico de la ciencia físico-matemática, la filosofía debía adoptar el método trascendental de la Crítica de la Razón Pura, dejar al ente y dedicarse únicamente al conocimiento del ente, así la filosofía se convertía en el conocimiento del conocimiento. Heidegger denuncia que una concepción tal de la filosofía, la subordina al progreso y a los métodos de las ciencias positivas, y propone que la filosofía tiene un dominio, un dominio autónomo, el del ser del ente, al cual las ciencias no tienen acceso. Gracias a lo anterior, la filosofía no solo reencuentra un objeto, sino también la universalidad y la primacía que había perdido. En los párrafos anteriores resumí a grandes rasgos lo que considero la grandiosidad e importancia de Heidegger como filosofo y pensador, a continuación haré lo mismo con sus conceptos fundamentales. La principal obra de Heidegger, El Ser y el Tiempo, se basa totalmente en una interrogante, la del sentido del ser, hoy día, la pregunta sobre el ser ha caído en el olvido, tal duda inspiro la búsqueda de Platón y Aristóteles, pero se extinguió con ellos, al menos como tema explicito de una búsqueda real, los filósofos posteriores no hicieron más que retomar, sin interrogar más, las determinaciones ontológicas descubiertas por esos dos pensadores. Heidegger denuncia tres prejuicios que sostuvieron la indiferencia respecto del problema del ser, el primero es aquel de la generalidad absoluta del ser, el ser es el concepto más general y por lo tanto se considera ya precomprendido, el segundo es su indefinibilidad, el ser siendo lo más generalizado, no puede subclasificarse bajo un genero más amplio del cual seria una de las especies, por último, su evidencia, la cual dispensa que uno se interrogue más al respecto. Antes y con el fin de responder a la interrogante acerca del ser, Heidegger comienza por analizar su estructura y discierne tres momentos, aquello que se pregunta (Das Erfragte), es decir aquello que orienta y motiva la investigación, en la ocurrencia del sentido de ser en sí. Después, aquello que se pregunta (Das Gefragte), es decir aquello sobre lo que, propiamente hablando se basa la investigación, y finalmente, aquello que se pregunta (Das Befragte), es decir aquello que constituye el punto de partida de la investigación y proporciona una vía de acceso a lo buscado. El camino de Heidegger en El Ser y el Tiempo es el de manifestar el sentido del ser analizando previamente el ser que comprende al ser, es decir el ente que nosotros somos, el “ser ahí” (o ser en el mundo). Heidegger llama al análisis preliminar del “ser ahí” la “analítica existencial”, el “ser ahí” posee una forma de ser original que lo distingue de los otros entes, a diferencia de los entes inanimados, las cosas y otros seres vivos “indiferentes” a su ser, el “ser ahí” se relaciona siempre con el ser que es el suyo, en otras palabras, el “ser ahí” no subsiste simplemente, sino que existe. Al final del análisis el “ser ahí” o “ser en el mundo” aparece como un ser lanzado en proyecto, por el cual ahí va, dentro de su ser, su propio poder ser, Heidegger reúne la multiplicidad de esos momentos constitutivos en una estructura unitaria: la angustia (die Sorge) que representa la estructura fundamental del “ser ahí” como ser dentro del mundo. La muerte también desempeña un papel fundamental en el pensamiento de Heidegger, con ella la posibilidad ontológica de un poder ser real y autentico del “ser ahí” queda demostrado. No puedo dar por terminado el presente, sin precisar cual es el concepto de Heidegger con respecto a la comprensión, para Heidegger el comprender es un tipo de relación con el mundo, en el cual, el mundo y el ser dentro del mundo se anuncian, pero de manera diferente al “ser ahí”, al comprender, el “ser ahí” descubre “donde” está consigo mismo. El comprender posee la estructura fundamental del proyecto (Entwurf), al entender, el “ser ahí” proyecta no solo el mundo en tanto que horizonte significativo de la preocupación cotidiana, sino también su propio poder ser, es decir eso por lo que el siempre se ha decidido. El comprender existencial no es la aprehensión reflexiva de alguna cosa que ya se hubiera dado, sino un fenómeno originario, decía que “intuición y pensamiento son ya derivados lejanos del comprender” Con los conceptos anteriores ya podemos con más certeza realizar una analogía al pensamiento pedagógico de Heidegger, éste considera al hombre como un proyecto, como un proyecto en el tiempo, el cual no esta determinado sino que se ejerce libertad en todo momento y que las acciones y/o decisiones que se toman están determinadas por la angustia, nos abre un enorme panorama, educativo, personal y no personal con respecto a la educación y no sólo a ella sino a todo, ya que solo estamos determinados por la muerte, (y nadie sabe el momento exacto en que llegara), cobra mayor trascendencia al reconocernos no como un ser sino un “ser ahí”, un ser que cobra otra dimensión al reconocerse como un “ser-en-el-mundo”. Todo lo anterior, más el saber “donde” me encuentro yo mismo (el comprender) me proporciona infinidad de elementos para realizarme como educador, padre, ciudadano, alumno, etc. ¿Acaso no es precioso?

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